Estando detrás de la barra se pueden vivir situaciones tan inhóspitas y curiosas como las que se suceden cuando te sientas a observar en un banco de la Gran Vía madrileña o en uno del Paseo de las Ramblas de Barcelona. Una realidad a la que los baristas se suelen enfrentar cada mañana. Y cada tarde, cada día, y cada fin de semana… En fin, bastante a menudo.
El gusto por el café es algo muy personal. Aunque el café con leche se lleva la palma por ser uno de los cafés más demandados en España, si preguntáramos a la gente cómo le gustaría realmente tomarse el café, descubriríamos todo un mundo. Corto de café, largo de café. Con leche templada, fría, caliente. Leche entera, semidesnatada, desnatada, de soja. Con azúcar, sacarina, azúcar blanca, estevia, sin azúcar. Solo, con leche, cortado, vienés, bombón, carajillo, americano, con hielo, manchado, … Con un poquito de canela, vainilla. En taza, vaso largo, corto, … De porcelana, de cristal. Estas mil y una fórmulas combinadas entre sí pueden dar lugar a un abanico de posibilidades de tomar café casi infinito.
Cada cliente es un mundo. En este vídeo podrás ver algunos esterotipos de clientes que un barista puede encontrarse. ¡Todo sea por un café!
Otro artículo que puede interesarte: «¿Cuántas formas existen de preparar café?»