Por si el hasta ahora café más caro del mundo no era suficientemente caro –400 euros el kilo– ni suficientemente extravagante –se recogía de los excrementos de la civeta– ahora un empresario canadiense se ha lanzado a la piscina y ha elaborado un café a partir de los frutos recogidos de los excrementos de un elefante asiático de cinco toneladas. Su precio es de 850 euros el kilo, lo que lo convierte en el nuevo café más caro del mundo.
Blake Dinkin, que es quien está detrás de este excéntrico café, asegura que gracias a que los frutos del café pasen por el sistema digestivo del elefante, ha conseguido una variedad suave y ligera que evoca los aromas de la jungla. También ha dejado constancia de que la ingesta de café no es perjudicial para los elefantes, gracias a unas pruebas realizadas antes de comenzar la aventura. Por si eso fuera poco, los elefantes empleados en la elaboración de este Black Ivory (Marfil negro), son los del refugio de elefantes de la fundación Golden Triangle, que se enmarca dentro de la cadena de alojamiento de lujo Anantara, la única autorizada a servir este exclusivo café.
El nombre ha sido escogido por contraposición al Marfil Blanco, símbolo de la caza indiscriminada y maltrato de los elefantes tanto en Asia como en África. Aquí los elefantes viven en libertad, y no se les fuerza a la ingesta de café, lo que explica que una taza de este café alcance los 40 euros. Alimentar a un elefante de varias toneladas no es barato –menos comparado con una civeta de tres o cuatro kilos– y además, como viven en semi libertad, es necesario tener a un equipo de cuidadores pendientes de sus deposiciones, para luego llevar a cabo la desagradable tarea de su recolección.
Como colofón, y después de haberlo secado al sol, el café se presenta con una suntuosa ceremonia de preparación, que incluye el molido a mano –faltaría más– y una preciosa cafetera de sifón, típica de la viena del siglo XIX.
No se si el café valdrá lo que cuesta, pero a mi me vale como excusa para poder ir a probarlo hasta uno de los resorts de Anantara en las Maldivas y Tailandia, que es donde lo sirven. Seguro que el viaje sí merece la pena.