Igual no es algo generalizado, pero la gran mayoría de gente que comparte la pasión por el café conmigo, también siente gran devoción por las tazas, llegando a acumular una cantidad preocupante en los armarios de la cocina. Hoy traigo una que todo amante de estas obras de arte en porcelana debería tener: una taza flotante para disfrutar del café desafiando a la gravedad.
Se trata de un diseño de Tigere Chiriga, cuyo principal objetivo es evitar las odiosas marcas que las bebidas calientes dejan en los muebles de madera, y conseguirlo de forma grácil y elegante, como así ha sido.
Actualmente se trata de un prototipo en busca de financiación en Kickstarter, y debido a la dificultad que conlleva su fabricación –por lo visto ni los moldes ni el vitrificado son sencillos para un modelo así– hacerse con una unidad de estas preciosas tazas flotantes cuesta unos 40 euros con gastos de envío. No es mucho teniendo en cuenta las broncas que nos ahorraremos por no poner un posavasos y estropear la mesita.