La importancia del mercado de futuros en muchas materias primas y, en particular en el café, radica en su gran volumen de negocio (el más alto después del petróleo), lo que genera un continuo movimiento de cotizaciones, en ocasiones muy brusco. Esta «volatilidad» propicia que los especuladores, que nada tienen que ver con el negocio del café, puedan ganar o perder dinero muy rápidamente, máxime si se trata de un producto de campaña, y por tanto, sujeto a variaciones de temperatura, heladas, sequías, etc. como es el caso del café.
Todo ello conlleva a que millones de agricultores se vean amenazados periódicamente ante la inestabilidad de los precios. La intrusión en este mercado de países como Vietnam, Indonesia, India, etc., con una considerable oferta de café, ha propiciado una caída de precios en los últimos años.
Ante esta situación se han elevado voces desde diversos foros como son ICO, ONG, Banco Mundial, G8, FAO, etc. tratando de buscar solución a lo que en definitiva es un estancamiento del consumo a nivel mundial, unido a una sobreoferta de café verde.
Cada uno de estos organismos han puesto diversos planes en acción con mas o menos resultado, Comercio Justo por parte de las ONG, aumento de la calidad (resolución 407) por parte del ICO, productos alternativos, reducciones arancelarias, incrementos de consumos en países de origen, etc. También las empresas importadoras y comercializadoras han llevado a cabo iniciativas importantes patrocinando numerosos programas sociales, así como de investigación y mejora del café.
De todos estos Programas habría que destacar el 4C “Código Común para la Comunidad Cafetera”, iniciativa del Ministerio Alemán para la Economía, Cooperación y Desarrollo y que aglutina a los representantes de instituciones de los países productores, el comercio y la industria, así como a la Sociedad Civil. Hay Organizaciones multilaterales e internacionales e instituciones que han apoyado este proceso y han provisto sus conocimientos y experiencia como miembros extraordinarios.
El acercamiento del café a la sostenibilidad esta basado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, los cuales persiguen calidades de vida sostenibles, y posee una dimensión social, ambiental y económica.
La producción del café solo es sostenible si permite unas condiciones decentes de trabajo y vida a los agricultores y empleados, protege el ambiente, conservando los recursos naturales y la biodiversidad y finalmente es viable económicamente para la sostenibilidad social y ambiental.
Este código esta abierto a la participación voluntaria de todas las partes interesadas de la cadena del café que coinciden con sus principios. Este código que ya tiene una importante aportación económica se lleva a nivel mundial comenzando por África, Asia y América Latina, en países como Etiopía, Uganda, Vietnam y El Salvador.